ARGENTINA, 4 Oct (EUROPA PRESS)
Un estudio de la Universidad de Birmingham reveló que la actividad humana ha ocasionado la extinción de cerca de 600 especies de aves en los últimos 130.000 años, lo que representa una pérdida aproximada de 3.000 millones de años de historia evolutiva única. Esta alarmante cifra, destacada en un artículo publicado en la revista Science, subraya el impacto devastador de los humanos en la biodiversidad aviar, incluyendo desde especies bien conocidas como el dodo hasta el reciente caso del Kaua'i'o'o, declarado extinto en 2023.
El análisis se enfoca no solo en el número de especies desaparecidas sino también en las consecuencias más amplias que estas extinciones tienen para el planeta. Según el Dr. Tom Matthews, líder del estudio, "la diversidad funcional aviar", es decir, la variedad de roles ecológicos que las aves desempeñan, ha sufrido un descenso significativo debido a la acción humana. Roles como el control de plagas, la polinización y la dispersión de semillas han sido afectados negativamente, debilitando así la funcionalidad de numerosos ecosistemas.
El equipo de investigación utilizó el conjunto de datos más completo de todas las extinciones conocidas de aves durante el Pleistoceno Tardío y el Holoceno para evaluar el impacto de estas pérdidas. Los resultados indican que, además de la disminución en la cantidad de especies, se ha perdido el 7% de la diversidad funcional aviar a nivel global, una cifra mucho mayor de lo inicialmente esperado. Tal reducción en la diversidad funcional posiblemente ha ocasionado menor polinización de flores, reducción en la dispersión de semillas, y ha alterado el control natural de las poblaciones de insectos, entre otros efectos negativos.
El estudio también advierte sobre las implicaciones futuras de estas extinciones, sugiriendo que la pérdida de avifauna afectará la capacidad de muchas especies de plantas para adaptarse al cambio climático. Matthews concluye resaltando la importancia de entender y prever los impactos de las extinciones causadas por humanos sobre la funcionalidad de los ecosistemas, para así establecer estrategias de conservación y restauración más efectivas. Se estima que, de no cambiar el curso actual, cerca de 1.000 especies de aves podrían extinguirse en los próximos dos siglos, lo que resalta la urgencia de adoptar medidas de conservación.