ARGENTINA, 22 Oct (EUROPA PRESS)
Betelgeuse, una de las estrellas más visibles en el firmamento, ha sido centro de atención y especulaciones sobre su inminente explosión como supernova. Sin embargo, un nuevo estudio liderado por el astrofísico Jared Goldberg sugiere que la variabilidad en su brillo podría deberse no a una cuenta regresiva hacia su explosión, sino a la presencia de una estrella compañera hasta ahora invisible.
El equipo de investigación, integrado también por Meridith Joyce de la Universidad de Wyoming y László Molnár del Observatorio Konkoly en Hungría, propone que esta "Betelbuddy", término acuñado por Goldberg, actúa empujando el polvo estelar, que normalmente oscurece a Betelgeuse, aumentando así su brillo percibido desde la Tierra. Este hallazgo, publicado en el servidor de preimpresión arXiv y aceptado en The Astrophysical Journal, desafía la noción previa de que los cambios en el brillo de Betelgeuse anticipaban su muerte explosiva.
Betelgeuse es una gigante roja que se encuentra en las etapas finales de su vida y cuya explosión futura como supernova es un evento ampliamente esperado por la comunidad científica. Esta estrella, ubicada en la constelación de Orión, se destaca por su impresionante brillo, que supera en 100.000 veces al de nuestro Sol y cuyo volumen excede los 400 millones de veces el solar.
El estudio desmonta otras teorías sobre la variabilidad en el brillo de Betelgeuse, como los cambios internos o en su campo magnético, y señala a una estrella compañera como la causa más probable. Aunque la naturaleza exacta de Betelbuddy aún se desconoce, los investigadores especulan que podría tratarse de una estrella de hasta el doble de masa que el Sol. Otras hipótesis sugieren incluso la posibilidad de que sea una estrella de neutrones, aunque la falta de evidencia de radiación en rayos X hace que esta idea sea menos probable.
La próxima etapa en esta investigación está puesta en la confirmación visual de Betelbuddy, con esfuerzos planeados para capturar imágenes durante una ventana de visibilidad el 6 de diciembre. Este trabajo no solo podría resolver el misterio detrás de las fluctuaciones en el brillo de Betelgeuse, sino también aportar conocimientos cruciales sobre las dinámicas de estrellas binarias y el ciclo de vida de las gigantes rojas.