ARGENTINA, 23 Oct (EUROPA PRESS)
El telescopio espacial James Webb de NASA/ESA/CSA realizó un descubrimiento astronómico sobresaliente al identificar las primeras posibles enanas marrones fuera de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Este hallazgo, realizado en el cúmulo estelar NGC 602 dentro de la Pequeña Nube de Magallanes, una galaxia satélite situada a unos 200.000 años luz de la Tierra, abre un nuevo capítulo en nuestra comprensión de estos objetos celestes, conocidos también como estrellas 'fallidas'.
Las enanas marrones, ubicadas en un punto intermedio entre gigantes gaseosos y estrellas, son objetos subestelares que no logran acumular la masa suficiente para sostener reacciones nucleares de fusión del hidrógeno-1 en sus núcleos. Esta característica las diferencia de las estrellas de la secuencia principal. La ubicación de estos objetos en NGC 602, caracterizado por su similitud con el entorno del Universo primitivo y su baja abundancia de elementos más pesados que el hidrógeno y el helio, proporciona una oportunidad única para estudiar la formación estelar bajo condiciones distintas a las de nuestra vecindad solar.
Un equipo internacional de astrónomos, que incluye a Peter Zeidler, Elena Sabbi, Elena Manjavacas y Antonella Nota, empleó el telescopio Webb para llevar a cabo las observaciones que permitieron este extraordinario descubrimiento. "Solo gracias a la increíble sensibilidad y resolución en el rango de longitud de onda adecuado podemos detectar estos objetos a distancias tan grandes", declaró Zeidler, subrayando la importancia de esta herramienta astronómica que posibilita investigaciones antes imposibles.
Las enanas marrones, los parientes más masivos de los planetas gaseosos gigantes, poseen características peculiares que las sitúan en una categoría propia. Aunque flotan libremente en el espacio sin estar gravitacionalmente ligadas a una estrella, algunas comparten similitudes con los exoplanetas, en términos de composición atmosférica y patrones atmosféricos.
Hasta la fecha, se conocían aproximadamente 3.000 enanas marrones, todas residentes en nuestra galaxia. Este hallazgo representa la primera vez que se identifican candidatos fuera de la Vía Láctea. "Las enanas marrones parecen formarse de la misma manera que las estrellas, solo que no capturan suficiente masa para convertirse en una estrella completamente desarrollada. Nuestros resultados encajan bien con esta teoría", concluyó Ziedler, brindando una perspectiva prometedora para futuras investigaciones sobre estos fascinantes cuerpos celestes.