ARGENTINA, 4 Oct (EUROPA PRESS)
Este 4 de octubre se conmemora el 442 aniversario desde que el mundo dijera adiós al calendario Juliano para dar la bienvenida al Calendario Gregoriano, que permanece en uso hasta la fecha. Un cambio histórico que supuso que después del jueves 4 de octubre de 1582, se saltara directamente al viernes 15 de octubre, omitiendo diez días en el proceso.
La transición al calendario Gregoriano nació de la urgente necesidad de corregir el desfase acumulado desde el primer Concilio de Nicea en 325, donde se estableció la fecha en que debía celebrarse la Pascua y otras festividades religiosas, basándose en una precisa regularidad litúrgica. Este ajuste estuvo motivado por la discrepancia creciente entre la fecha del equinoccio de primavera, que había retrocedido hasta el 11 de marzo en 1582, en lugar del 21 de marzo originalmente fijado en 325.
El problema radicaba en la inexactitud del calendario Juliano en calcular la duración del año trópico. Asumía 365,25 días por año, en contraposición a los 365,242189 días correctos, lo que resultaba en un error de aproximadamente 10 días acumulados durante los 1257 años transcurridos entre ambos concilios.
Para solucionar esto, el calendario Gregoriano, promovido por el jesuita alemán Christopher Clavius, introdujo una nueva fórmula para determinar los años bisiestos. Los años bisiestos pasaron a ser aquellos cuyas últimas dos cifras fuesen divisibles por 4, con la excepción de los años múltiplos de 100, a menos que también fuesen divisibles por 400. De esta manera, el año 2000 fue bisiesto, pero el año 2100 no lo será.
La implementación del calendario Gregoriano fue inmediata en las naciones católicas de Europa, pero encontró resistencia en áreas protestantes, que lo adoptaron hasta 1700, mientras que Gran Bretaña esperó hasta 1753, Japón hasta 1873, y Rusia, ya en su era soviética, no hizo el cambio hasta 1918. Esta reforma no solo fue un hito en la historia del cálculo del tiempo, sino que también marcó un punto de inflexión en la unificación de la percepción temporal a nivel mundial.