MADRID 25 May. (EUROPA PRESS) -
La Justicia italiana ha decidido este martes llevar a juicio a los cuatro agentes de los servicios de Inteligencia egipcios acusados de secuestro, torturas, y homicidio por la muerte del joven estudiante italiano Giulio Regeni en 2016.
El magistrado de instrucción de la causa, el juez Pierluigi Balestrieri ha acusado al general Sabir Tariq, a los coroneles Usham Helmi y Athar Kamel Mohamed Ibrahim y a Magdi Ibrahim Abdelal Sharif por el delito de secuestro múltiple, y a este último también por lesiones, torturas y homicidio.
El juez Balestrieri ha señalado que hay "otros trece sujetos dentro del circuito de sospechosos", pero ha lamentado que "la falta de respuesta de las autoridades egipcias a ha impedido continuar con las investigaciones".
Es muy improbable que Egipto no permita la extradición de sus cuatro ciudadanos, por lo que el juicio se celebrará en ausencia de los mismos. La primera audiencia está programada para el 14 de octubre.
Regeni, de 28 años y estudiante de doctorado de la Universidad de Cambridge, estaba realizando un estudio sobre los sindicatos independientes de Egipto cuando desapareció. Su cuerpo sin vida apareció unos días después en la carretera que conecta El Cairo y Alejandría medio desnudo y con signos evidentes de tortura.
El entonces fiscal general de Egipto, Nabil Sadek, confirmó posteriormente que las autoridades habían puesto a Regeni bajo vigilancia antes de su desaparición, si bien posteriormente habrían suspendido sus investigaciones. El Cairo ha negado cualquier implicación en el secuestro y asesinato.
Las investigaciones llevadas a cabo desde Italia reflejaron la posibilidad de que las autoridades de El Cairo sospecharan que Regeni trabajaba como espía para la Inteligencia israelí y estadounidense, después de verse atrapado en "una red" tejida por los servicios de seguridad egipcios.
Organizaciones para la defensa de los Derechos Humanos han denunciado que decenas de ciudadanos egipcios han desaparecido desde 2013, cuando el presidente egipcio, Abdelfatá al Sisi --entonces jefe del Ejército--, derrocó al presidente electo, el islamista Mohamed Mursi.