MADRID 26 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado este viernes de la delicada situación a la que se enfrenta la población de Birmania, donde "decenas de miles de sobrevivientes aún viven en tiendas de campaña improvisadas", un mes después del terremoto de magnitud 7,7 sufrido el pasado 28 de marzo, que se saldó con más de 3.600 fallecidos.
"Cuando llueve, no pueden dormir, y cuando deja de llover, siguen sin poder dormir porque temen que el viento les quite su único refugio", ha descrito el representante de la OMS en el país, el doctor Thushara Fernando, que ha advertido del alto riesgo de enfermedades transmitidas por el agua para "todos aquellos que aún viven bajo lonas de plástico con agua estancada por todas partes".
Fernando ha señalado, además, que muchas de estas tiendas de campaña "ni siquiera tienen un simple mosquitero para dormir por la noche", situación especialmente alarmante en las zonas más afectadas, como Mandalay, donde hace apenas unos meses ya se había registrado un brote de cólera.
En un contexto en el que las réplicas --algunas hasta de magnitud 5,9-- continúan, el personal de la OMS ha reconocido que la escala a la que pueden prestar sus servicios es "muy limitada".
"Sin una financiación urgente y sostenida, estallarán los riesgos de crisis sanitarias secundarias", ha lamentado el doctor, secundado por otros organismos de Naciones Unidas como UNICEF, desde donde han insistido en que "se necesitan medidas urgentes".
El pasado 28 de marzo, dos grandes terremotos azotaron el centro de Birmania, causando la muerte de al menos 3.600 personas. Unas 5.100 más resultaron heridas y 114 siguen desaparecidas, según datos de la OMS, que cree probable que el número real de víctimas sea mucho mayor debido a la falta de información.