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CARACAS, 20 May. (Notimérica/EP) -
Los cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y el Nuncio apostólico, Aldo Giordano, han logrado reabrir "puentes de comunicación" entre el Gobierno de Nicolás Maduro y los opositores de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), tras la congelación del proceso de diálogo anunciada por estos últimos.
Así lo ha anunciado este lunes el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, uno de los mediadores internacionales del proceso, a través de un mensaje en su cuenta oficial en la red social Twitter. "Comisión de Cancilleres de UNASUR y Nuncio abrimos en Venezuela puentes de comunicación otra vez. Avanzamos en varios puntos de la agenda", ha afirmado.
En este sentido, Patiño ha insistido en que "sostener un proceso de diálogo no es fácil". Sin embargo, asegura que han encontrado "disposición favorable del Gobierno de Venezuela y de la MUD" para intentar reactivar las conversaciones que buscan acabar con la crisis que vive el país y que han dejado decenas de muertes.
Por su parte, el secretario ejecutivo de la MUD, Ramón Guillermo Aveledo, ha reconocido este mismo lunes que la UNASUR y el Nuncio "están haciendo esfuerzos para crear las condiciones para que el diálogo con el Gobierno pueda continuar" en Venezuela.
"Lamentablemente por lo pronto no tengo más nada que decir", ha dicho a su salida de la reunión que ha mantenido este lunes con los ministros de Exteriores de Colombia, Ecuador y Brasil --representantes de UNASUR--, la segunda en 24 horas.
A pesar de que Aveledo había confiado en que "en el transcurso del día" se supiera "si el diálogo permanece congelado o se reinicia", ha aclarado que, de momento, la MUD sigue "pendiente" de las noticias que pueda darle UNASUR tras sus contactos con el Gobierno.
Ayer, la MUD entregó a UNASUR un documento con sus exigencias para reanudar el diálogo, entre ellas destaca la elaboración de informes sobre el estado de los detenidos durante las protestas antigubernamentales y sobre las violaciones de los Derechos Humanos cometidas durante la represión de las mismas.
SUSPENSIÓN DEL DIÁLOGO
El 12 de mayo, Aveledo anunció la suspensión "de las reuniones de los grupos de trabajo en rechazo a la decisión del Gobierno de continuar arremetiendo con represión injustificada contra manifestantes".
También esgrimió como argumento "las declaraciones socarronas e insultantes del presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, que demuestran que el sector radical y militar del oficialismo que dirige está atentado contra la posibilidad de que el diálogo tenga éxito".
Asimismo, criticó que, a pesar de que hace un mes que comenzó el diálogo, "el Gobierno todavía no ha fijado fecha para reunirse con el movimiento estudiantil, que tiene sus propios portavoces y sus propias exigencias" ni con los trabajadores.
Por último, indicó que, a pesar de que la coalición opositora presentó hace semanas sus propuestas sobre la pacificación nacional y sus críticas a la ley de ordenamiento del territorio, que considera inconstitucional, aún no ha recibido respuesta.
DIÁLOGO POLÍTICO
El diálogo político arrancó el pasado 10 de abril en el Palacio de Miraflores --sede de la Presidencia venezolana-- gracias a la mediación del Vaticano y de los ministros de Exteriores de Colombia, Ecuador y Brasil.
Después de los numerosos llamamientos realizados por Maduro, finalmente el sector más moderado de la MUD, liderado por su secretario ejecutivo y por su excandidato presidencial, Henrique Capriles, decidió dialogar.
Para ello tuvo que renunciar al cumplimiento de una serie de requisitos previos por parte del Ejecutivo, lo cual ha creado una brecha en la coalición opositora, ya que otro sector se niega a sumarse a las conversaciones sin estas "condiciones elementales".
Los más radicales de la coalición opositora --entre ellos Leopoldo López y la ex diputada María Corina Machado-- exigen al Gobierno el fin de la represión de las protestas en su contra, la liberación de los detenidos en las mismas y el desarme de los grupos de civiles.
CRISIS VENEZOLANA
La crisis política en Venezuela estalló el pasado 12 de febrero, cuando arrancaron las protestas antigubernamentales y la represión de las mismas por parte de las fuerzas de seguridad y de civiles armados, que ya ha dejado 41 muertos, 813 heridos y cientos de detenidos.
Desde entonces, opositores y oficialistas han marchado a diario para repudiar las acciones del contrario y llamar a un diálogo que aún no se ha producido porque la oposición exige antes la liberación de los detenidos, el desarme de los grupos pro gubernamentales y el fin de la represión.
La inestabilidad de Venezuela ha llevado a sus vecinos regionales a reunirse para buscar una solución. La Organización de Estados Americanos (OEA) se ha limitado a hacer un llamamiento al diálogo, a pesar de que Panamá había solicitado medidas efectivas, lo que ha llevado a Venezuela a romper las relaciones bilaterales.
UNASUR fue un paso más allá y, aunque expresó su respaldo a Maduro, creó una comisión de ministros de Exteriores que ha conseguido sentar a la mesa de negociaciones a Gobierno y oposición.