Actualizado 19/02/2013 16:45

Nicaragua.- Inaugurada la planta de reciclaje del vertedero de La Chureca en Managua financiada por España

Viviendas construidas en La Chureca
AECID

MADRID 19 Feb. (EUROPA PRESS) -

La planta de reciclaje del vertedero de La Chureca en Managua, Nicaragua, es ya una realidad después de cuatro años de trabajo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) en coordinación con la Alcaldía de Managua y el Gobierno nicaragüense.

El director de la AECID, Juan López-Dóriga, se ha trasladado a Managua para inaugurar hoy el nuevo centro de gestión de residuos, ha informado el Ministerio español de Asuntos Exteriores y de Cooperación.

La planta de reciclaje es la culminación del Proyecto de Desarrollo Integral del Barrio de Acahualinca. El trabajo se ha llevado a cabo no sólo con el esfuerzo de la AECID y de ONG de Desarrollo españolas y locales, sino también con la colaboración de las autoridades nicaragüenses.

La población beneficiaria (258 familias) que trabajaba y residía en el vertedero, se ha implicado directamente en el proyecto, lo que supone la colaboración de aproximadamente 1.500 hombres, mujeres y niños.

La Chureca era un vertedero incontrolado, un asentamiento que presentaba grandes problemas sociales como trabajo infantil, hacinamiento en infraviviendas, insalubridad, violencia intrafamiliar y de género, altos índices de analfabetismo infantil y absentismo escolar, desnutrición y pobreza extrema, recuerda la AECID.

Una vez iniciado el proyecto, muchos de los pobladores de La Chureca fueron formados y comenzaron a trabajar en las obras de sellado del vertedero, la construcción de la planta de reciclaje y el área de nuevas viviendas y servicios para los pobladores.

También el personal de la planta de reciclaje (entre 450 y 500 empleados) está constituido, en su gran mayoría, por los antiguos 'churequeros'. Y se están entregando viviendas en propiedad a las 258 familias censadas en la fecha de inicio del proyecto.

Al mismo tiempo, se han llevado a cabo acciones para la alfabetización de adultos, la prevención del absentismo escolar y la integración de jóvenes en riesgo de exclusión, con la construcción de una Escuela Taller de Formación Profesional, la Escuela Taller Acahualinca, y otras muchas actividades, en coordinación con la Alcaldía de Managua.

El Barrio de Acahualinca, en el que se ubica La Chureca, dispone también, gracias a este proyecto, de un centro de salud, un centro cultural comunitario, áreas deportivas y de ocio, un centro educativo y una subestación de policía, que dan servicio a los habitantes de las 258 viviendas construidas y al resto de pobladores de este barrio de la ciudad de Managua.

En total se calcula que son más de 16.000 los beneficiarios indirectos de este proyecto, que aportará una gestión de residuos medioambientalmente sostenible a los dos millones de habitantes de Managua.

En este proyecto liderado por la AECID y la Alcaldía de Managua, en el que ha colaborado la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional al Desarrollo, ha sido "fundamental", destaca Exteriores, la participación de la empresa TRAGSA, que mediante un acuerdo con la AECID se ha encargado de las obras de sellado del vertedero, de la construcción de la planta de reciclaje y de la preparación de los terrenos para la correcta edificación de las nuevas viviendas.

La AECID ha aportado 38,2 millones de euros del coste total del proyecto, que asciende a 43,2 millones de euros, durante los pasados seis años. La Agencia Andaluza de Cooperación Internacional ha participado en la construcción de las viviendas, mientras que la Alcaldía de Managua ha aportado los terrenos y recursos humanos, inversión estimada en 2 millones de euros.

La transformación del vertedero de La Chureca en una nueva superficie sellada y la creación de una planta de reciclaje ha supuesto un trabajo complejo en favor del medioambiente, un componente básico presente tanto en la regularización y saneamiento del vertedero, como en la construcción de la planta de clasificación de residuos.

El resultado es una planta que permite la clasificación y posterior comercialización de los materiales (plástico, papel, metal, vidrio, etc.), así como el compactado de los residuos inertes resultantes, susceptibles de comercialización como combustible industrial.