QUITO, 14 Dic. (EUROPA PRESS) -
El ex presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha reiterado su apoyo al vicepresidente, Jorge Glas, que ha sido condenado este miércoles a seis años de cárcel por corrupción, insistiendo en que este caso obedece a una persecución política lanzada por su sucesor, Lenín Moreno. "Seguramente ahora vendrán a por mí", ha dicho.
Correa ha hecho estas declaraciones en una entrevista concedida vía Skype a la cadena CNN desde Panamá, donde se encuentra en estos momentos, minutos después de que la Corte Nacional de Justicia (CNJ) señalara a Glas como responsable "principal" de un delito de asociación ilícita en relación con el escándalo de corrupción de Odebrecht.
La Fiscalía sostiene que Glas recibió 13,5 millones de dólares en sobornos por parte de la constructora brasileña a cambio de adjudicarla contratos públicos. Odebrecht ha suscitado procesos similares en otros países de la región contra políticos de alto perfil.
Correa ha insistido en que Glas es inocente porque, según ha defendido, durante su Gobierno "se terminó con la corrupción institucionalizada". En su opinión, este caso es "un intento de apoderarse de la Vicepresidencia y de otras funciones del Estado" orquestado por una persona "embriagada de poder": Moreno.
Glas está en prisión preventiva desde el pasado mes de octubre. El presidente le despojó de todas sus funciones pero no pudo cesarle porque la Vicepresidencia es un cargo de elección popular, no de libre designación por parte del jefe de Estado.
El 'número dos' del Gobierno ha defendido en todo momento su inocencia y ha atribuido el proceso judicial a una caza de brujas impulsada por Moreno para deshacerse de las personas de confianza de su antecesor en el Palacio de Carondelet y padrino político, Correa.
El abogado de Glas, Eduardo Franco, ha declarado a los medios de comunicación que la CNJ ha cometido una ilegalidad y ha avanzado que apelarán y solicitarán la suspensión de la condena para que el vicepresidente pueda salir de prisión, según informa el diario local 'El Telégrafo'.
El caso Glas ha dinamitado el oficialismo, que hasta la partida de Correa, el pasado 24 de mayo, parecía un bloque unido. Muestra de esta división son las decenas de personas que se han concentrado frente a la sede de la CNJ para manifestarse a favor y en contra del segundo mandatario, de acuerdo con 'El Universo'.