MADRID 13 Mar. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Bolivia, Luis Arce, ha anunciado este miércoles la adopción una serie de medidas para paliar la escasez de combustible atribuida a la falta de liquidez de dólares estadounidenses, entre las que se incluyen el establecimiento de la jornada laboral continua en el sector público y privado, la autorización del teletrabajo y la reducción del uso de coches oficiales, y ha asegurado que el país latinoamericano "no está en quiebra".
El mandatario ha detallado al término de una reunión con su gabinete las diez disposiciones "dirigidas para mejorar la organización en la sociedad, apoyar también la producción" y garantizar la continuidad de la actividad económica.
Arce ha indicado que las autoridades reducirán a la mitad el uso de vehículos oficiales y se incrementará del 50 al 80 por ciento la distribución de combustible a las estaciones de servicio. Además, la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) diseñará una aplicación para saber en qué surtidor hay gasolina y definir estaciones de servicio específicas para vender combustible al transporte público.
Por otra parte, el Gobierno boliviano ha asegurado que priorizará la provisión de carburante al "sector agropecuario (...) servicios básicos, servicios de salud, emergencias y desastres naturales". Asimismo, ha dispuesto, a partir de este jueves, la jornada continua tanto para el sector público como el privado, mientras que las clases virtuales han sido autorizadas.
En la capital boliviana, La Paz, se ha ampliado el horario de atención del teleférico desde las 5.00 hasta las 23.00 horas, mientras que en las fronteras y en las estaciones de servicio se reforzarán los controles de seguridad.
Durante un mensaje a la nación, Arce ha aprovechado para desmentir las especulaciones sobre una quiebra del Estado, y ha asegurado que no están en los planes del Gobierno la "devaluación" de la moneda, ni "levantar la subvención" al combustible puesto que tiene como "prioridad el cuidado de la familia boliviana y de su economía".
"Nosotros no estamos pidiendo limosna. Nosotros no estamos pidiendo más que los créditos que el Estado puede pagar, porque hoy el problema que enfrentamos no es que la economía esté quebrada, no es que estamos en una crisis económica, estamos enfrentando un problema de iliquidez de dólares norteamericanos, de dólares, de divisas, de moneda extranjera, para pagar las importaciones de combustible", ha declarado.
Asimismo, el presidente ha descartado una eventual renuncia al cargo mientras que "vamos a seguir trabajando para poder resolver (...) todos estos problemas que enfrentamos, incluida la falta de liquidez".
Por otra parte, ha achacado a los diputados de la oposición que el Parlamento no haya aprobado los créditos que darían liquidez a la economía nacional para la compra de carburantes. "Sin duda alguna, sería mucho más fácil para todos los bolivianos y bolivianas evitarnos estos problemas y aprobar esos créditos que (...) jamás están destinados a otro tipo de actividades", ha asegurado en su comparecencia.
Según la agencia de noticias boliviana ABI, en 2024 se destinaron más de 3.500 millones de dólares (3.200 millones de euros) para importar combustible.