CIUDAD DE MÉXICO, 6 Mar. (Reuters/EP)
La ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Crystia Freeland, ha aseverado este lunes que Ottawa se toma "muy en serio" los comentarios del Gobierno estadounidense sobre las fuertes medidas arancelarias a imponer sobre el acero y el aluminio en el marco de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, también conocido como NAFTA).
Freeland ha indicado que tanto ella como el ministro de Economía de México, Ildefonso Guajardo, han abordado la cuestión con el representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, durante la séptima ronda de conversaciones sobre el pacto comercial, que ha tenido lugar en Ciudad de México.
La ministra canadiense ha señalado que la posible imposición de aranceles sobre dichos productos por parte de Washington se encuentra fuera de las conversaciones sobre el TLCAN y ha desestimado los comentarios de Lighthizer sobre la idea de firmar acuerdos bilaterales en caso de que el tratado en cuestión se estanque definitivamente.
"Esta no es la primera vez que (Lighthizer) ha reflexionado sobre esta idea", ha manifestado Freeland durante una rueda de prensa.
Guajardo, por su parte, ha aseverado que la imposición de aranceles supone una idea equivocada y ha insistido en que, en tal caso, México no debería estar incluido en la propuesta del Gobierno estadounidense. "Es la manera equivocada de incentivar la creación de un TLCAN moderno", ha afirmado a través de su cuenta de Twitter.
Los comentarios de los mandatarios han tenido lugar después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, insistiera la semana pasada en elevar al 25 por ciento los aranceles al acero importado y al 10 por ciento en el caso del aluminio en un intento por proteger la industria estadounidense.
A mediados del pasado mes de febrero, el Departamento de Comercio de Estados Unidos instó a la Administración a imponer un arancel de al menos un 24 por ciento sobre las importaciones de acero a cualquier país del mundo o, en su defecto, una cuota del 53 por ciento sobre la compra de este material desde Estados Unidos en doce países, incluidos China o Brasil.