BUENOS AIRES 18 Jul. (Mario Poliak) -
Teddy Karagozian, el asesor presidencial que ayer cuestionó la supuesta recuperación económica que afirma el Gobierno, entre otras críticas realizadas al equipo conducido por Luis Caputo, se sumó a la larga lista de más de medio centenar de funcionarios y colaboradores despedidos desde los inicios de la administración libertaria.
El empresario textil había negado, entre otras cuestiones, que se haya producido una baja del gasto público y se quejó por el retraso cambiario, que el ministro Caputo defiende a rajatabla.
Karagozian era uno de los tantos miembros del llamado Consejo de Asesores, en realidad una entelequia que funciona en torno al presidente Javier Milei, cuyos miembros no cuentan con nombramiento oficial y, en consecuencia, no perciben ninguna remuneración. En realidad, no la necesitan, ya que, en su mayoría, se trata de grandes empresarios.
El hombre de negocios se mostró descreído de un repunte de la actividad económica. El rubro textil, hay que recordarlo, es uno de los más afectados por la profunda recesión que padece el país por la política de ajuste fiscal.
Al confirmar su desplazamiento, el vocero Manuel Adorni explicó que la decisión había sido adoptada por el jefe del mencionado Consejo, Demian Reidel, uno de los hombres de más confianza de los hermanos Milei.
"Demian Reidel, jefe de Asesores del presidente de la Nación, ha tomado la decisión de apartar del Consejo que preside a uno de sus miembros, Teddy Karagozian", informó escuetamente el portavoz oficial, y fue el propio empresario quien, minutos después, ratificó su despido a través de sus redes.
Dijo que "como es público y para confirmar lo expresado por Adorni, el presidente del Consejo de Asesores Demian Reidel tomó la decisión de apartarme y por supuesto, acepto el desplazamiento", en tanto agregó: "Lo comprendo y deseo el mayor de los éxitos. Un consejo más homogéneo es muy probable que logre sus objetivos más rápidamente".
En sus declaraciones que le costaron el "despido", Karagozian sostuvo que "muchos economistas renombrados, más o menos liberales, de izquierda, derecha, creen que no nos alcanzan los dólares vendiéndolos a $900 ni a $1.000, y dicen que quizás a $1.500 esté bien, pero yo creo que tampoco".
Consideró además que no se está llevando a cabo una verdadera reforma laboral y que eso perjudica a los empresarios, que se ven obligados a tener que despedir a sus empleados antes de que la indemnización sea un problema. Según dijo, esto se origina en "las deficiencias en las arcas del Estado, que necesita acumular reservas por medio de impuestos extorsivos".