BUENOS AIRES 12 Ago. (Mario Poliak) -
En junio, el balance turístico de Argentina reflejó el atraso cambiario, ya que salieron casi 260 mil personas más de las que ingresaron, según datos suministrados por el Indec. Además, esa relación creció también en términos interanuales.
Según el organismo estadístico oficial, viajaron al exterior 946 mil personas, contra 687 mil que visitaron el territorio nacional, es decir, una diferencia de 259 mil a favor del primer grupo, con 21 por ciento de crecimiento, contra 20,6 por ciento de caída para el segundo.
Es que Argentina es caro también para los extranjeros, al menos de los que provienen de países vecinos. Las cifras demuestran que no solo en junio, sino en todo el primer semestre la diferencia creció en términos interanuales.
Básicamente, Chile es la nueva "meca" para los argentinos, debido a que la diferencia cambiaria acrecienta la tendencia de tour de compras que adquieren los viajes pasando la cordillera. Las fotos de las largas colas de automóviles en el paso fronterizo así lo atestiguan.
Se cuentan en decenas de miles los que cruzan el Cristo Redentor, en la provincia de Mendoza, en dirección hacia Santiago, especialmente en los fines de semana largos.
Los artículos más buscados por los argentinos son los del rubro electrónica, zapatillas e indumentaria, entre otros. Para dar una idea, la inflación comparada arroja, en el primer semestre, 79,8% contra 2,4% de Chile.
En paralelo, el peso chileno se devaluó en el último tiempo a 930 pesos por dólar, contra 600 que estaba un año atrás. En Argentina también, pero con inflación mucho más alta.
El saldo deficitario en el balance entre turismo emisivo y receptivo, que obviamente acarrea mayor sangría de divisas, se viene manteniendo en lo que va del segundo semestre.
Los datos de la Encuesta de Turismo Internacional (ETI), del Indec, indican que la cantidad de viajeros que salió del país en junio subió 21,6 por ciento respecto al mismo mes del año pasado. En tanto, los que salieron del país por vía aérea ascendieron a 55,6 por ciento, contra 36,2% los que lo hicieron por camino terrestre. Sólo 8,3% prefirieron utilizar la vía fluvial o marítima.
Los principales destinos fueron, en el siguiente orden: Brasil, con 15,7%; Europa, con 14,8% y Chile, con 14,2% de los viajes. En tanto, la cantidad de turistas que salieron al exterior ascendió 6,1% interanual.
Estos números no hacen más que reflejar la situación macroeconómica: Tras la devaluación de 118 por ciento implementada al asumir el equipo económico de Javier Milei, y el fin de los programas de regulación de precios del gobierno anterior, los valores en el mercado interno se dispararon.
Así, los turistas extranjeros dejaron de tener la ventaja de contar con un tipo de cambio diferencial. La inflación retenida, sumada a una brecha cambiaria favorable a la cotización del dólar turista contra el oficial, incentivaba la entrada de turistas.
En este semestre, el turismo receptivo verificó que 71,8% de los viajeros provinieron de países limítrofes, especialmente Brasil, y mucho más atrás Uruguay y Chile.