BUENOS AIRES 28 Ago. (Mario Poliak) -
La vicepresidenta Victoria Villarruel prometió reabrir las causas por los delitos cometidos por organizaciones guerrilleras durante los años 70, durante un acto en el Congreso en homenaje a las "víctimas del terrorismo".
"Los montoneros tienen que estar presos respondiendo por ensangrentar nuestra nación", enfatizó la titular del Senado, en uno de sus párrafos más encendidos de su discurso, ante un público que colmó el Salón Azul de la cámara alta.
La vicemandataria no especificó la manera en que impulsará la reapertura de esas causas, ya que se tratan de delitos cometidos por civiles armados que, según el Código Penal, ya están prescritos. Al contrario, los que se cometieron desde el Estado fueron catalogados como "crímenes de lesa humanidad" y, por lo tanto, son imprescriptibles.
El acto se realizó en momentos en que el oficialismo atraviesa una seria crisis interna, no solo por las disputas entre Villarruel y el presidente Javier Milei, sino también por la cuestionada visita de diputados de La Libertad Avanza a los genocidas en el penal de Ezeiza con la intención de mejorar su situación carcelaria.
"Esta ha sido la lucha más importante de mi vida", expresó Villarruel, quien es hija y sobrina de militares, y agregó que "no sería la misma persona hoy si no hubiese persistido en esta batalla tan desigual contra lo más oscuro de la maldad humana".
Dijo que debe ser "la Justicia la que haga lo que debió hacer hace más de 20 años" y aseveró que "sólo con los asesinos en las cárceles podremos, en la unidad y el deber cumplidos, poner a la Argentina de pie".
Villarruel, quien hace años visitaba a menudo en prisión al dictador Jorge Rafael Videla, agregó que "Argentina merece no ser un nido de impunidad y para ello -según dijo-, hace falta que construyamos los cimientos que derrumben la injusticia".
"Parecía utópico que hubiera resquicios de la ley de la verdad. En la muralla de la oscuridad pestilente que construyó el kirchnerismo sobre la década más dolorosa de nuestra historia, era francamente peligroso denunciar los crímenes de las protegidas de Néstor y Cristina Kirchner", puntualizó.
Para la vicepresidenta, quienes defendían, como ella, lo actuado por las Fuerzas Armadas eran "unas pequeñas David frente al Goliat, que tenía todo el poder estatal para garantizar su impunidad, reescribir nuestra historia y enriquecerse los bolsillos con el dolor de todos los argentinos".
"Por eso, permítanme mirar atrás con orgullo por haber desafiado la historia oficial y hacerlo en nombre de los inocentes a los que les arrancaron la vida y el recuerdo. Porque hasta de eso les quitaron el derecho a ser recordados y amados por el resto del pueblo", enfatizó.
Recordó que "hace más de cuatro décadas, grupos terroristas asesinaron, pusieron bombas, secuestraron, lastimaron y aterrorizaron a miles de argentinos, extranjeros, adultos y niños, peronistas, radicales, personas apolíticas, civiles, uniformados, gente pudiente y muy humilde a la que usaron de excusa para lograr la disolución nacional, la desunión entre los argentinos y que flameara un trapo rojo ajeno a nuestras costumbres tradicionales a lo que la Patria argentina es, fue y será".
Según precisó, intentando contraponer la genérica cifra de 30.000 desaparecidos que dan los organismos de derechos humanos, "17.380 personas fueron salvajemente agredidas, pero aún más cruelmente olvidadas para que sus asesinos, sus victimarios vivieran tranquilos al amparo de una clase política que los protegió y les garantizó nunca pisar una cárcel pese a la sangre inocente que derramaron".
Entre los invitados estaba presente Claudia Rucci, hija del ex secretario general de la CGT, José Ignacio Rucci, cuyo asesinato, ocurrido en 1973, fue reivindicado por la organización armada Montoneros.