BUENOS AIRES, 16 Oct. (Mario Poliak) -
El presidente Javier Milei adelantó que planea ir a un tipo de cambio flexible luego de la salida del cepo, en línea con lo que exige el FMI, un tipo de flotación administrada como rige en Uruguay o Perú.
El equipo económico prevé una divisa libre, sin intervenciones, una vez que elimine el excedente de pesos.
Milei habló durante las Jornadas Monetarias del Banco Central. En su discurso de cierre, el jefe del Estado afirmó que su intención es que Argentina tenga un tipo de cambio flexible tras la salida del cepo, sobre lo que evitó dar una fecha precisa.
El FMI se había referido a un régimen de competencia de monedas similar a los de Perú y Uruguay. Estas discusiones tendrán lugar la semana próxima, en Washington, así como la referida al futuro del programa económico.
"El tiempo es de Dios, porque todas las operaciones las hicimos a mercado y eso significa que va a depender de la decisión de los agentes", explicó Milei cuando se refirió al momento en que podrían dejar de funcionar las restricciones cambiarias.
Pero el equipo económico considera que no están dadas las condiciones aun para avanzar en ese camino. "Es muy difícil pensar que abrir el cepo te permite tener automáticamente equilibrio cambiario", dijo ayer, en el contexto del mismo encuentro, el vicepresidente del Banco Central, Vladimir Werning.
El esquema ideal del Gobierno es la flotación libre de la divisa, ya que no habría presión de los pesos sobrantes en la economía de tener éxito el programa de estabilización.
"El norte del Gobierno de ir hacia un tipo de cambio flexible es correcto, siempre que se mantengan políticas macro prudenciales para mitigar riesgos y también la gradualidad para alcanzarlo. El interrogante es cómo transitar ese camino y a qué velocidad. La estrategia oficial se resume en que si no hay dólares, tampoco habrá pesos", dijo un analista de mercado citado por Infobae.com.
En su última revisión del programa argentino, en junio, el FMI planteó la necesidad de avanzar hacia un tipo de cambio más flexible y que "la eventual competencia de monedas dentro del régimen podría asemejarse al sistema de flotación administrada que prevalece en Perú y Uruguay".
"La estabilidad de precios seguirá siendo un objetivo primordial del Banco Central, en un contexto en el que los individuos son libres de ahorrar y realizar transacciones en las monedas que elijan", agregó.
El futuro de la política cambiaria será parte de las discusiones que tendrá la próxima semana, en Washington, entre el equipo que encabeza el ministro Luis Caputo y las autoridades del FMI, en la Asamblea Anual del organismo.