BUENOS AIRES, 26 Jun. (Mario Poliak) -
Luiz Inacio Lula Da Silva rompió el silencio y le exigió a su par argentino, Javier Milei, que pida públicas "disculpas a Brasil y a mí", debido a que "dijo muchas tonterías".
No obstante, el mandatario brasileño aclaró que "no va a crear cizaña" entre ambos países hermanos.
Estas manifestaciones agregan más tensión a la relación entre los dos miembros más importantes del Mercosur, luego de que un centenar de bolsonaristas escaparan a la acción de la Justicia e ingresaran ilegalmente al país, en busca de refugio político.
Sin embargo, al igual que lo ocurrido con el caso de España, el vocero presidencial Manuel Adorni salió rápidamente al cruce de las expresiones de Lula: "El Presidente no ha hecho nada de lo que tenga que arrepentirse", afirmó esta mañana en la habitual conferencia de prensa.
"No conversé con el presidente de Argentina porque creo que él debe pedirle disculpas a Brasil y a mí. Dijo muchas tonterías. Sólo quiero que él pida disculpas. Yo quiero a Argentina, es un país que me gusta mucho, es un país muy importante para Brasil, y Brasil es muy importante para Argentina. No es un presidente de la República quien va a crear cizaña entre Brasil y Argentina", había dicho Lula.
Agregó que "el pueblo brasileño y argentino es mayor que los presidentes. Ellos quieren vivir bien, quieren vivir en paz. Si el presidente de Argentina quiere gobernar Argentina está bien, (pero) que no intente gobernar el mundo", le advirtió al formular declaraciones al portal brasilero UOL.
Lula también dijo que su Gobierno trata "con mucha diplomacia" el caso de decenas de activistas bolsonaristas que participaron en la asonada del 8 de enero de 2023 y huyeron hacia Argentina en los últimos meses, con Milei ya instalado en la Casa Rosada.
El mandatario brasileño explicó que existen informaciones de que sobre algunos de los fugados existen ya sentencias firmes y que su gobierno analiza si pedirá formalmente la extradición o exigirá que, "en caso de que no quieran venir, que vayan presos en Argentina".
Milei y Bolsonaro, estrechos aliados, son expresión de la ultraderecha regional, a tal punto que el ex mandatario brasileño vino a la ceremonia de asunción del libertario, no así Lula, quien envió a su canciller, Mauro Vieira.
Meses después, Milei intentó un acercamiento a través de Diana Mondino, enviándole una carta que Lula nunca respondió. Era un pedido de entrevista que, a seis meses de haber asumido, todavía no se concretó ni hay fecha para que ello vaya a ocurrir.
Ambos mandatarios coincidieron en la reciente cumbre del G-7 en Italia, pero se evitaron y no se los vio cerca en ningún momento de la reunión.