BUENOS AIRES, 27 Ago. (Mario Poliak) -
El bloque de La Libertad Avanza se reunirá hoy para decidir la expulsión de sus filas de de la diputada Lourdes Arrieta, quien acusó al titular de la cámara baja, Martín Menem, y a varios de sus compañeros de bancada, por la polémica visita a represores que cumplen condena a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad.
La más que probable medida terminó de cocinarse la semana pasada, cuando la mendocina protagonizó un escándalo en la reunión de bloque, al romper en llanto en medio de un ataque de nervios, luego de ser increpada por los miembros más encumbrados de la bancada.
"Me hicieron una cama, me hicieron una cama, y vos Martín no tuviste los huevos para defenderme", interpeló Arrieta al riojano, un aliado incondicional de Karina Milei.
Además de denunciar haber sido llevada "engañada" al penal de Ezeiza, donde los diputados se reunieron con Alfredo Astiz y otros genocidas de la última dictadura, Arrieta sostuvo que Menem fue el que organizó la visita, pese a que el jefe de la Cámara nunca se hizo responsable y adujo que la movida había sido una decisión "personal" de cada uno de los participantes.
Además, en los últimos días, Arrieta mostró chats que comprometerían a Menem y fotos del borrador de un proyecto de ley para liberar a los detenidos basándose en el principio de plazo razonable", fijado en 25 años de cometido el delito, que le fue entregado por los detenidos al diputado Beltrán Benedit, quien encabezó la delegación parlamentaria.
La imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad es uno de los consensos básicos alcanzados por las principales fuerzas políticas en el comienzo de la democracia, el justicialismo y la Unión Cívica Radical, y pocos gobiernos se había hasta ahora atrevido a modificarlo.
Sólo el de Carlos Menem, con el indulto, y antes el de Raúl Alfonsín, con las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, que limitaron los juicios a los más altos jerarcas de la dictadura (tras haber juzgado a las juntas militares), desandaron ese camino, hasta la llegada de Néstor Kirchner a la Casa Rosada, que anuló dichas leyes y reinició el proceso judicial contra los acusados de haber cometido esos delitos.
La casi segura expulsión de Arrieta -a la que fuentes parlamentarias no descartan que le siga otra, la de Rocío Bonacci- solo registra el antecedente histórico de Cristina Fernández de Kirchner, cuando era senadora en los '90 y fue separada por sus constantes críticas al entonces presidente Carlos Menem.