ARGENTINA, 10 Apr (EUROPA PRESS)
Este jueves, 10 de abril, la Confederación General del Trabajo (CGT) en Argentina organizó una huelga general en señal de protesta contra las políticas implementadas por el Gobierno de Javier Milei. La medida de fuerza llegó tras una nueva movilización ciudadana que el día anterior rodeó el Congreso en Buenos Aires, en repudio a la subida de las pensiones.
La CGT, a través de un comunicado en la red social X, invitó a la población a sumarse al tercer paro general contra el actual mandatario, que inició con una manifestación este miércoles, sin que se registraran incidentes. La organización sindical exigió un "aumento de emergencia para todas las jubilaciones y pensiones, la actualización del bono y poner fin a la represión salvaje de la protesta social". Además, solicitó un incremento en el presupuesto destinado a educación y salud, el cese de despidos tanto en el sector público como privado, y la implementación de un plan nacional de empleo.
En el documento, la CGT manifestó su rechazo a cualquier "alineamiento automático con políticas y decisiones foráneas y los condicionamientos impuestos por el Fondo Monetario Internacional (FMI)", que recientemente anunció un acuerdo técnico con Argentina por un valor de 20.000 millones de dólares.
La central obrera criticó duramente al Gobierno de Milei, acusándolo de insensible ante los problemas de la ciudadanía, de ejecutar "actos de represión salvaje e injustificada", de violar acuerdos institucionales, desfinanciar la educación y la salud, abandonar la obra pública, manifestar desprecio por las minorías, aplicar ajustes a los jubilados, e imponer límites a la negociación colectiva.
Según datos del diario Página 12, la huelga general de 24 horas, que se extendió a 36 horas en algunos sectores, tuvo un impacto considerable en diversas áreas. Al menos 258 vuelos fueron cancelados, afectando el sector aéreo; se paralizaron servicios de ferrocarril, educación pública, privada y universitaria suspendió clases; en el ámbito sanitario se mantuvieron guardias mínimas, el sector bancario cerró sus puertas al público, y se vieron afectados también la administración pública, estaciones de servicio y la recogida de basuras.
El Ministerio de Seguridad criticó a las organizaciones convocantes, calificándolas de "casta sindical" y acusándolas de atentar contra aquellos argentinos que desean trabajar. Recordó además a la ciudadanía la existencia de una línea telefónica para denunciar cualquier tipo de extorsión o coacción relacionada con el apoyo al paro.